Es una pregunta que se hace con frecuencia y es que hoy día la palabra estrés es de uso común, estamos estresados por el trabajo, por los estudios, por la pandemia, por permanecer en casa etc. la realidad es que es importante identificar la causa de lo que está ocurriendo ya que, si no se hace un buen manejo del mismo, puede llegar a ser muy perjudicial para la salud.
Demos un vistazo al estrés académico que alcanza no únicamente a los estudiantes sino también a los padres de familia y docentes. Lo primero que está causando gran preocupación es saber si conviene o no enviar a los estudiantes a la escuela debido a que continuamos en peligro de contagiarnos de Coronavirus, sin olvidar la situación política que enfrenta nuestro país, la cual influye también en la decisión de sacar de casa a los hijos e hijas.
Agregado a esto el, estrés académico y laboral es aumentado por la cantidad de tiempo inactivos frente a la computadora, las diversas exigencias y demandas tales como proyectos, exámenes, trabajos, presentaciones, o el tener demasiadas actividades que realizar al mismo tiempo, lo que puede agudizar la respuesta y disminuir el rendimiento deseado.
Las exigencias que pueden dar origen al estrés académico son principalmente de dos tipos: exigencias internas, que cada persona se exige a sí misma por sus altas expectativas de logro, deseando tener el control de todo y las exigencias o presiones externas que se van presentando en el entorno.
Cabe mencionar que el estrés en un nivel normal es provechoso pues ayuda a responder a las demandas del medio, el problema surge cuando la acumulación de este, causa agotamiento de la mente y el cuerpo que puede llegar a ser muy perjudicial y manifestarse de forma inadecuada en las dimensiones física, intelectiva, afectiva y de la voluntad que integran a cada persona.
¿Cómo se podría mitigar el estrés académico y los efectos en la comunidad educativa? Estas son algunas estrategias sugeridas:
La clave final es ser positivos, es importante estar conscientes que hay que estudiar y trabajar duro, por lo que se debe estar dispuestos a ciertos “sacrificios” en otros ámbitos de la vida para lograr buenos resultados.
De acuerdo con lo que explica Kelly McGonigal, psicóloga de la Universidad de Stanford, es más positivo que los estudiantes acepten el estrés en lugar de que intenten que desaparezca por completo. De esta forma son capaces de afrontar con mayor positividad algunas situaciones ya que pasan a considerarlas como un desafío que deben superar.
Si consiguen hacer frente a ese estrés, esto les proporcionará la energía y la tenacidad necesaria para progresar. Cuando una persona trabaja, es constante y de verdad desea superarse, los nervios pueden estar ahí, por supuesto que sí, pero aprenden a controlarlos y a focalizar esa ansiedad en los estudios y al mismo tiempo trabajar en un proyecto de mejora personal y de esta manera buscar una formación integral.